Calde
Gran astucia han procurado
aquellos que se llaman mortales
al plantear que en su arrojo
su arrojo es cráter
Una luz se les precipita
y de ella ha emergido experiencia
y algo-alguien.
El espacio lunar está desolado
Una ausencia compuesta de nada
pero fuera y abajo de ella
una fuerte comunidad emana:
son hermanos e iguales
todo aquel desterrado
de esa superficie-raíz
y así los astutos mortales
como cráteres admiten
su mutuo existir.
Vida y muerte son fronteras
destinadas para distinguir
atolones y mesetas
Coestar y Convivir
¿Quién está vivo?
Quizás todo cráter
es muerte que ha de morir.
El universo es un largo río
que ruge a carcajadas
por el aparente roce
de las distintas
y millones
de gotas de agua.
Cada gota apetece y percibe
en claridades y texturas
jamás imaginadas
pero a cambio
viven en extremo solitarias
Apartadas
Atrapadas
en su propio interior.
No es difícil amar este río
océano y lago
pero no quita el suspiro
que deja
su cuerpo
fragmentado.
Y parece que
en su descomposición
de átomos
persiste una
historia de olvido
que confunde
al ser
con algo.
El sol destella
sin sombra
o niebla
cada valle
llanura
y cañada
Cada paso crea
una apertura
y espacio
pero en el marco
periferia y
límite de
cada mirada
se muestra
borroso
y diáfano
un bosque
raro
pues al tratar
con el ojo
atraparlo
solo hay
azul del
cielo
despejado
Solo queda
admitir
entonces
que hay
bosques
hechos
de claros
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